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martes, 1 de junio de 2010

A UN AÑO DEL BAGUAZO, LAS HERIDAS SIGUEN ABIERTAS.

Desde aquel luctuoso 5 junio de 2008, hasta la fecha, el tiempo ha transcurrido sin que haya desaparecido el miedo y la amenaza que pesan sobre los nativos del pueblo amazónico. Todavía existen indígenas y policías desaparecidos, encarcelados, heridos , incluso burlados por la forma en que el gobierno de Alan trata a las víctimas del “baguazo”. Todavía los deudos lloran por sus muertos que fueron asesinados; sin embargo los empresarios y políticos causantes de dicha trajedia descansan plácidamente en medio de sus lujosas comodidades y, hablan con el beneplácito de los medios de comunicación de inversiones, seguridad jurídica y macroeconomía.

El pueblo debemos aprender que lo sucedido en la Curva del diablo es la contradicción entre una pequeña clase burguesa, dueña de grandes capitales, que se vale de Alan García y utiliza a la policía para cuidar sus intereses económicos, hasta los convence de enfrentarse con violencia a la otra clase que es el pueblo si se opone o representa un peligro a su egoismo lucrativo y la continuidad en el poder político.

El “Baguazo” es la punta del iceberg de los conflictos sociales ocurridos en el Perú, aunque Alan quiera olvidarlo, no lo logrará; lo que ocurrió con los hermanos de Bagua puede ocurrir con nosotros; cuando Alan García condecora o asciende policías lo hace para dividir al pueblo, los policías muertos fueron hijos de familias humildes que forman parte del pueblo, no podemos caer en la provocación del gobierno. Los indígenas caidos, por su constancia y derroche de valentía se constituyen para el pueblo en mártires y paradigmas de lucha popular; la sangre indígena derramada es un monumento a la libertad y la conciencia porque nunca aceptaron condiciones a su sistema de vida comunitario, y siempre tuvieron en claro que el gobierno quería expropiar su habitat paulatinamente.

No está demás decir que La responsabilidad de dicha trajedia recae en la clase politica tradicional cavernaria y parasitaria. No queda duda que los autores intelectuales de aquella matanza recae sobre Alan García, Mercedes Cabanillas, Yehude Simon y Mercedes Araos; por ello no nos sorprende que la comisión investigadora del congreso no haya encontrado culpabilidad en estos nefastos personajes.

Alan García no puede dialogar con líderes indígenas sobre los problemas amazónicos, más si acepta dialogar con Fortunato Canaan, Dionisio Romero, Sebastian Piñera sobre inversiones privadas en el Perú. Es que para Alan García los indígenas- aunque tengan una rica cultura con un conocimiento milenario- son personas de segunda categoría que no tienen poder económico, mientras que los empresarios son personas de primer nivel aunque integren mafias de corrupción como Fortunato Canaan involucrado en los petroaudios o, destruya cientos de hectareas de bosques como Dionisio Romero lo hace en la Selva de Tarapoto.

Los nativos amazónicos están más descontentos que ayer por la indiferencia con que los ha tratado el gobierno Alanista desde el 5 de Junio; cada congresista, ministro o cualquier otro funcionario aprista ha negado la responsabilidad del gobierno y ha recalcado que los indígenas han sido manipulados por violentistas como si no tuvieran la capacidad para discernir sobre los problemas que los agobia, causados por el TLC con EE. UU.

Siempre que las demandas sociales se concretizan en protestas, el gobierno exhorta al diálgo y el respeto por el derecho de los demás; sin embargo fue Alan García el primero en incumplir las normas, es decir, el Convenio 169 de la OIT que prescribía consultar previamente a los pueblos indígenas cuando se trate de legislar sobre sus derechos. Asimismo fue el primero en romper el diálogo. Alan García tiene la pesadilla de Fujimori - quien fue condenado como autor mediato a 25 años por violar derechos humanos- porque la matanza de bagua constituye una violación de Derechos Humanos, siendo el primer responsable mediato Alan García por ser primero en la jerarquía de impartir órdenes. Las muertes de bagua no pueden quedar impunes; el estado represor debe indemnizar a las víctimas como el caso “la cantuta” y “Barrios Altos” y, sobre todo sancionar a los responsables del más alto nivel como Alan, Mercedes Cabanillas y Yehude.

¡vivan los mártires del Baguazo!
¡Sanción a los responsables políticos del Baguazo!
¡Cambio del modelo económico Neoliberal que ocasiona asesinatos!
¡Por una comisión investigadora objetiva del Baguazo!

WILDER VASQUEZ HUANCA

EL BAGUAZO Y LAS CONTRADICCIONES DE LA ALIANZA DEL GOBIERNO CON LOS GRUPOS DE PODER ECONÓMICO.

Después de haber transcurrido un año del lamentable episodio ocurrido en la curva del diablo, es necesario recordar dichos hechos, para aprender que la historia no puede repetirse y entender que la matanza entre indígenas y policías fue un claro ejemplo de lucha de clases.
EL gobierno Aprista para defender a la clase empresarial se muestra como defensor de la constitución y de derechos como la vida, la integridad física, la igualdad, la propiedad, la libertad de expresión, la tranquilidad pública, la libertad, es más, se muestra partidario nato del diálogo; pero cuando se trata del interés del pueblo lo margina. A continuación exponemos cómo el gobierno se contradice entre lo que defiende y lo que practica.
El gobierno Aprista no respeta la Constitución, la cual prevé a los tratados como acuerdos a ser cumplidos por un Estado firmante, El Perú firmó el Convenio 169 de la OIT, que establecía el derecho a la consulta previa a los pueblos indígenas cuando el Estado quiera legislar sobre sus derechos reconocidos en dicho convenio. Pero para Alan García y Mercedes Araoz fue más importante el TLC con Estados Unidos que enriquece a las multinacionales que el Convenio 169 que protege nuestra amazonía.
Alan García, Mercedes Cabanillas y Yehude Simon se olvidaron del respeto por la vida y mandaron bien pertrechados a policías y militares con armas de fuego a matar a los indígenas, cuyas únicas armas para su defensa eran sus lanzas y a quienes no pudieron matar los hirieron de bala.
El gobierno es defensor de la propiedad privada, pero cuando se trata de la propiedad colectiva de etnias como Awajun o Wanpis que protegen nuestros bosques y ríos, prefiere concesionarlos o vender a empresas multinacionales para la explotación del gas y el petróleo, del cual ni siquiera goza el pueblo peruano.
EL gobierno nos quiere hacer creer que la libertad de expresión es la única que se puede emitir en los medios de comunicación controlados por los Miró Quesada y se olvida que ordenar el cierre de la radio “La voz de Bagua” también es lesionar la libertad de expresión.
Si el pueblo protesta estamos contra la tranquilidad pública pero si el gobierno ordena desalojar a balazos a quienes luchamos por derechos constitucionales es hacer respetar el principio de autoridad, no obstante es una diáfana señal de perturbar la tranquilidad de los pobladores de Bagua.
La prohibición, mediante el toque de queda, a los pobladores de Bagua de reunirse, expresarse y desplazarse libremente, bajo amenaza de ser disparados también constituye un atropello a las libertades personales porque mantiene a la gente en un estado de sozobra y alarma, propios del terrorismo de Estado.
El gobierno Aprista denuncia la minería artesanal porque depreda los bosques de la Amazonía y contamina los rios, sin embargo cuando los indígenas amazónicos luchan por cuidar y proteger la biodiversidad donde habitan, que es su único medio de vida simplemente los matan.
El gobierno invoca el diálogo cuando existe lucha popular, de lo contrario no dialoga; pero cuando dialoga no quiere llegar a ningún acuerdo a menos que se impongan sus condiciones; es decir al gobierno, manifestación de un estado decadente, no le importa reconocer los derechos del pueblo, si le importa mantener los derechos de un pequeño grupo empresarial que direcciona la economía y política del país. Es fácil advertir que cuando existe destrucción, violencia e inseguridad recién el gobierno quiere escuchar nuestras peticiones; si un gobierno que es democrático apuesta por el diálogo no debe esperar el desenlace de la violencia para oír los reclamos. Así ocurrió en Bagua, los indígenas dialogaron un año con el gobierno (2007-2008) y no llegaron a ningún acuerdo, cuando tomaron la curva del diablo el gobierno suspendió los decretos legislativos, cuando hubo matanza recién los anuló.
Por lo dicho, no podemos decir que vivimos en una democracia, ya que no se respetan derechos como los ejemplificados, es falso que el Perú avance porque ni el gobierno ni el Estado tal como está diseñado representan el interés del pueblo, en este caso, del pueblo amazónico.

¡VIVAN LOS DERECHOS DE LOS PUEBLOS AMAZÓNICOS!
¡DERROCAR LA ALIANZA DEL GOBIERNO CON LA DERECHA!
WILDER VASQUEZ HUANCA

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